Esta noche no he pegado ojo…

 
El hombre más gordo del mundo… y creo que puede ser por una de las siguientes tres razones: porque en una de las habitaciones adyacentes a la mía había un señor que no paraba de roncar —mi padre—, por el calor que ha hecho o porque anoche cené como un auténtico animal.
 
Y efectivamente creo que la causa correcta ha sido la última de todas. Una pedazo de pizza familiar llena de salsa barbacoa. Está taaaan rica… pero siempre que la tomo me sienta taaaan mal. No sé por qué tomo salsa barbacoa por las noches, si me sienta peor que una patada en la cara.
 
El caso está en que desde hace meses veo un poco mermada mi salud, y os lo digo en serio, no porque haya dormido dos horas escasas, porque no conseguí pegar el ojo hasta pasadas las 5 de la mañana.
 
Estoy muy gordo; tanto que ya no me resulto atractivo. No me he querido pesar porque puedo destrozar la báscula. Me he dado cuenta hoy cuando, por un problema que tengo en el pie, que ésa es otra historia, me he tenido que agachar muchísimo y mi enorme barriga ha frenado mi movimiento.
 
Vale, sí, reconozco que no estoy como el señor de la foto, que es el señor más gordo del mundo porque sí, osea, que no está gordo por tener ninguna enfermedad. Su nombre no lo sé, pero tengo entendido que, todo orgulloso, entró en el Libro Guiness de los Records en el 2006.
 
Me acuerdo que hace un par de añitos me podía doblar por completo, 180 grados. Pero ahora no llego ni siquiera a 30. Y esto es un peligro para la salud. ¿Motivo? El trabajo. Desde hace tres años me paso la vida sentado, en el curro y por la tarde en casa estudiando o trabajando en mis labores. Esto hace que no queme la grasa, y demás, que como a lo largo del día. Y todo esto se va acumulando por todo mi cuerpo. Bueno, por todo todo, no: solamente en la barriga. Por suerte no soy una mujer, ya que a ellas se les junta todo en el culo; esto significa que espero poder seguir presumiendo de buen culito durante mucho tiempo.
 
Así que, como si de un propósito de Año Nuevo se tratara, quiero un hacer un propósito de salubridad. Como si fuera la Operación Bikini, pero la vamos a retrasar hasta el verano que viene. Así que, mis lectores, pido vuestra colaboración para que, si en persona, veis que me salgo las siguientes condiciones lo impidáis a toda costa. Comenzamos:
 
 – El día lo comenzaré con un opíparo desayuno. Que me quite el hambre durante bastantes horas del día. Esta comida la podré quemar fácilmente a lo largo del día.
 – A media mañana, a eso de las 11h30, un pequeño sandwich de fiambre o similar acompañado de un vaso de leche.
 – A las 16h00 o 16h30, la comida, baja en grasa, como por ejemplo un poco de pollo o ternera a la plancha. De vez en cuando me tomaré un capricho: pasta, patatas, congelados,… y un poco de mierda, que puede que la eche de menos, pero muy de vez en cuando.
 – A media tarde, una merienda también interesante: por ejemplo, alguna pieza de fruta o un vaso de leche con cereales.
 – La cena la eliminaré prácticamente por completo. Y esto será lo más duro, puesto que por la noche mi apetito es voraz. Como muy mucho, tomaré un par de lonchas de fiambre o una fina lámina de queso… y un pequeño postre huyendo de los pecados. La pena es que ya no podré quedar a cenar con vosotros. Habrá que buscar otro plan.
 
Por supuesto, el ejercicio deberá estar presente. Me juré y perjuré comenzar a ir al gimnasio tras terminar el Proyecto Fin de Carrera, pero como he comenzado con una oposición, esta promesa se traslada al final de la misma, esperando que no aparezca otra cosa que me impida ponerme en forma. Mientras tanto, con esta pequeña dieta que me autoimpongo huyendo de las chorradeces de los médicos, y haciendo un poquito de bicicleta estática todos los días, siempre y cuando no me falle mi escasa fuerza de voluntad, me podré mantener en forma, más o menos. Creo que con esto bastará, puesto que hace un año lo llevaba más o menos a rajatabla y perdí bastante peso… pero, claro, al dejar de hacerlo, las cosas volvieron a la situación actual.
 
Quiero pensar que voy a ser capaz. Si hay gente que sale en la tele haciéndolo y solamente tarda 21 días, estoy seguro que dentro de un año podré ir a una piscina, o en medio de la calle como hace mucha gente, o simplemente ir andando por mi casa, sin tener vergüenza de quitarme la camiseta y encontrarme de repente con mi impresionable y asquerosa figura en uno de los múltiples espejos que están distribuidos por mi hogar… dulce hogar.
 
Para terminar, quiero dedicar esta entrada a una persona que nunca ha leído este blog. Alvarito, que ayer nos invitaste a pasar la tarde contigo y que fue una tarde de domingo genial y una de las más divertidas hasta la fecha. Espero poder engancharte a mis locuras mentales y a los artículos de opinión a los que os tengo acostumbrados, porque desde luego que a los relatos X, que están teniendo éxito, no creo que pueda.
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2 respuestas a Esta noche no he pegado ojo…

  1. Álvaro dijo:

    Dani!!!! Muchas gracias por la dedicatoria!!! en cuanto a la entrada anterior… tienes razón no creo que me haga fan de esos relatos… pero escribes muy bien, todo hay que decirlo 😉 buenooo, marcho para el karaoke!! 🙂

  2. Alberto dijo:

    Anda, qué vaya fotito!

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